Si escribes la carta de tu propia mano, la carta llega antes...
Si a última hora quieres hacer un cambio y ya no hay tiempo para enviarnos una carta, dile qué es lo que quieres a tu amama o a tu aitite.
(Las amamas y los aitites pueden hablar con el Olentzero, si creen que es necesario).
Amatxu y aita me cuentan muchas más cosas de las que tú te crees.
Algunas veces tienes regalos porque me piden por favor que te los lleve, a pesar de que no te has portado del todo bien
Hasta que seas mayor, cruza la calle de la mano de amatxu y aita. Ser mayor es ser mejor en lo que realmente importa.
Si aitite o amama son ya muy mayores: Al cruzar la calle cuando vayas con ellos, dales tú la mano para que no les pase nada.
Entrar en el metro, en el autobús o en el tranvía e ir rápidamente a sentarse sin mirar si aita o amatxu o un aitite quiere sentarse no está bien.
(Solo está bien que tú estés sentado y ellos de pie, si eres muy pequeñito y te puedes caer)...
Olentzero podría decirte cuántos abrazos has dado a tus aitites, a tus amamas, a amatxu y a aita este año. Lo sabemos.
Si amama o aitite no te escuchan bien porque son mayores... mírales a los ojos cuando les hables. Si les miras a los ojos, te entienden siempre...
Los aitites y las amamas son mágicos. Tú no te lo crees y ellos van a decir que no lo son. Pero son mágicos. Si le preguntas a amatxu o a aita, te lo dirán.
Y tú mismo, cuando seas mayor, lo sabrás. Es de esas cosas que sabrás con certeza. Quizás de pocas cosas estarás tan seguro. Quiéreles mucho.
Repaso / Berriskutea:
Quiere mucho a aita y a amatxu.
Haz caso y ayuda a las amamas y a los aitites.
No estés todo el rato con el móvil. A mí no me gusta.
Los aitas y las amatxus me cuentan muchas más cosas de ti de las que tú te crees.
Y recuerda:
Yo te llevaré regalos, pero creéme a mí:
Las amatxus y los aitas son el mejor regalo que puedes tener. No hay otro mejor.